Llegamos a Jaca después de conducir desde Zaragoza, un servidor muy arriba tras su primer Monrepós al volante. Exploramos un poco con el GPS, el móvil y mucha buena voluntad...buscábamos ver hasta dónde se podría llega...el Fuerte Rapitán se elevaba como un auténtico coloso, avisando de la dureza de sus cuestas, un paisaje de piedra gris y revueltas. Al final, con el apoyo y la amabilidad de Fertiberia pudimos subir y descansar en la carpa de la Vuelta hasta el descenso de la Peña Oroel que servía de aperitivo...a partir de ese instante nos apostamos a 75 metros de la meta...a esperar...
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